La penicilina fue descubierta por el bacteriólogo Alexander
Fleming. El cual se dio cuenta de su descubrimiento en una comunicación publicada
en 1929 en el
British Journal of Exprimental Pathology.
El primer ensayo clínico, que
se hizo el 12 de enero de 1941, sacó a la luz esta gran promesa y en 1943
comenzó la producción comercial en Estados
Unidos.
El
bacteriólogo Alexander Fleming, desde la década de los años veinte, se interesó mucho por el tratamiento de las
infecciones producidas por las heridas.
En
1999 Fleming después de haber de vacaciones descubrió que una de las placas que
había estado cultivando una bacteria, Staphylococcus
aureus, donde resulto que el hongo fabricaba una sustancia que mataba a esa
bacteria como el hongo pertenecía a la especie Penicillium, Fleming estableció
que la sustancia que producía sería denominada "penicilina".
La
molécula de penicilina resultó muy inestable y después de mucho tiempo
intentando purificarla (más tarde se demostró que era muy efectiva con
preparativos impuros), Fleming desistió seguir trabajando.
Diez
años más tarde, un grupo de científicos comandados por H.W. Florey y E. Chain
reemprendieron el estudio
Los
ensayos clínicos efectuados con el material parcialmente purificado tuvieron un
éxito espectacular. Por aquella época, en plena guerra en Europa, la molécula
fue llevada a Estados Unidos
donde fue desarrollada y producida a gran escala.
Una
vez acabada la II Guerra Mundial, las compañías farmacéuticas entraron en la
producción de penicilina de forma competitiva y comenzaron a buscar otros
antibióticos. Fleming les había mostrado la dirección correcta.
¡Cuidado
con el abuso!
Ya
que a pesar de esta gran ayuda el descubrimiento de los antibióticos no se a difundido
igual en todo el planeta. Además, en las sociedades más desarrolladas se está
empezando a considerar una problemática el hecho de que existe una prescripción
(y muchas veces un uso sin prescripción) exacerbada de los antibióticos.
Con
ello, nos referimos a que a menudo un antibiótico que antes era válido para
combatir una bacteria deja de serlo debido a que, por causa del uso continuado
que hacemos, la bacteria se ha acostumbrado al medicamento. Este medicamento,
por tanto, ya no sabe cómo combatirla; llegamos a lo que técnicamente se
denomina "resistencia
En España, por ejemplo, se ha llegado a una resistencia a
los antibióticos del 30% de la población, en contra del 8% de Alemania.
Otro
problema añadido es el hecho de que muchos de los animales que se usan para
consumo humano son sometidos a administración de antibióticos a modo de
profilaxis, pudiéndose generar ya en origen una resistencia que puede ir
aumentando.
www.profesorenlinea.cl [en línea] la
penicilina, http://www.profesorenlinea.cl/Ciencias/Penicilina.htm
[consulta el 13 de noviembre de 2012]
Realizado
por: Mercedes Mora Avilés
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